La escarlatina es una infección que provoca una inflamación rojiza en la piel y que recibe tal nombre precisamente por el tono «escarlata» de las lesiones. Provoca dolor de garganta, fiebre, descamación de la piel y otros síntomas muy molestos, pero puede aliviarse fácilmente con el tratamiento adecuado.
Entienda todo lo relacionado con ella a continuación.
Causas de la Escarlatina
La enfermedad de la escarlatina es una infección causada por una bacteria llamada estreptococo beta hemolítico del grupo A. Sin embargo, no es el propio microorganismo el que desencadena la enfermedad, sino una toxina producida por él.
Por este motivo, la afección suele consistir en dos infecciones al mismo tiempo: la infección de garganta o de piel causada por la propia bacteria y la escarlatina, provocada por las sustancias que excreta.
¿Es contagioso?
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, la agencia sanitaria estadounidense, la escarlatina es contagiosa y se transmite a través de las gotitas de la boca y la nariz.
Por lo tanto, es posible contraerla al estar cerca de alguien enfermo o tras tocar objetos contaminados por las gotas de otras personas y llevarse las manos a la boca, los ojos o la nariz.
Beber del mismo vaso, comer del mismo plato o entrar en contacto con llagas en la piel causadas por el estreptococo en cuestión también puede provocar la contaminación.
La escarlatina es más común en los niños debido a su comportamiento típico, que tiende a llevarse las manos a la boca y a tener un contacto estrecho con los demás, especialmente en los jardines de infancia y las escuelas.
Factores de riesgo
Según el Departamento de Salud del Estado de São Paulo, la enfermedad puede afectar a cualquier persona, pero es más común en los que tienen entre 5 y 18 años.
Escarlatina en el bebé
La escarlatina es poco frecuente en bebés y niños de hasta 24 meses, según el Departamento de Salud. Esto ocurre debido a la transferencia de anticuerpos maternos contra la toxina producida por la bacteria.
Síntomas de la escarlatina
Los principales síntomas de la escarlatina son:
- Erupción cutánea enrojecida (comúnmente, esto es lo que más llama la atención en las fotos de escarlatina que circulan por Internet).
- Pliegues cutáneos enrojecidos
- Cara sonrojada
- Lengua roja cubierta con una película blanca
- Fiebre con escalofríos
- Dolor de garganta
- Dificultad para tragar
- Dolor de cabeza
- Náuseas y vómitos
- Hinchazón en el cuello
¿La escarlatina pica?
La erupción causada por la escarlatina puede provocar descamación y picor de la piel en algunas personas, aunque no es una regla.
Se recomienda evitar rascarse la zona ya sensibilizada para no formar lesiones o grietas que aumenten las posibilidades de contraer otras infecciones.
Diagnóstico
El diagnóstico médico se realiza a partir del informe del paciente, pero también se pueden solicitar algunos exámenes.
Se recomienda el cultivo orofaríngeo como prueba de primera elección para detectar la bacteria que causa la escarlatina. Esta prueba se realiza recogiendo la secreción del fondo de la boca con un bastoncillo de algodón y enviándola para su análisis en el laboratorio.
También se puede realizar un análisis de sangre para detectar la presencia de anticuerpos contra la escarlatina en la sangre y un recuento sanguíneo completo (CBC) para analizar los posibles cambios en los niveles de las células de defensa del organismo en respuesta a la infección.
¿A qué profesional debo dirigirme?
Busque ayuda médica inmediata cuando note los síntomas de la escarlatina.
Los especialistas en enfermedades infecciosas son especialistas en este tipo de enfermedades, pero es importante comenzar el tratamiento lo antes posible -no sólo para reducir el curso de la enfermedad, sino también para reducir su transmisibilidad- acudir a un servicio de urgencias, donde los profesionales sabrán diagnosticar y recomendar el mejor tratamiento sin perder tiempo.
Tras el inicio del tratamiento, la enfermedad será transmisible sólo durante las siguientes 24 horas. Sin embargo, si no se trata adecuadamente, este periodo puede durar hasta 21 días.
¿Se puede curar la Escarlatina?
La escarlatina es curable, y aunque se recomienda el tratamiento con antibióticos durante unos 10 días, los síntomas pueden mejorar en sólo uno o dos días.
Si no hay síntomas después de 24 horas y el médico lo permite, el paciente puede volver a sus actividades normales.
Tratamiento de la escarlatina
El tratamiento de la escarlatina se realiza con el uso de antibióticos para eliminar las bacterias cuyas toxinas crean la reacción. Una precaución importante es tomar la medicación durante todo el tiempo que recomiende el médico, aunque antes se alivien los síntomas.
También pueden recetarse medicamentos para reducir la escarlatina y lociones para hidratar la piel y aliviar el picor.
Pronóstico
La enfermedad suele tratarse con antibióticos durante un periodo de cinco a diez días, y el alivio de los síntomas aparece en los primeros días. Una vez finalizado el tratamiento, el paciente se considera curado.
¿Puedo contagiarme más de una vez?
La infección por escarlatina no garantiza que se cree inmunidad a la bacteria estreptococo beta hemolítico del grupo A. Por lo tanto, es posible conseguirlo una segunda vez o más.
Complicaciones
La escarlatina puede dar lugar a varias complicaciones relacionadas principalmente con la transmisión de la infección a otras partes del cuerpo. Estos pueden ocurrir durante el curso de la enfermedad o después de la curación.
Entre las del primer grupo están las infecciones del oído, los senos faciales (sinusitis), la laringe y otras partes del cuerpo.
A largo plazo, puede aparecer la fiebre reumática, una enfermedad autoinmune que provoca lesiones en las válvulas del corazón y que tiene en la infección por este tipo de estreptococo su origen, y la glomerulonefritis, enfermedad renal que provoca insuficiencia por el estreptococo, entre otras afectaciones.
Prevención
La prevención de la escarlatina implica los cuidados básicos comunes a la profilaxis de una serie de enfermedades infecciosas, empezando por los resfriados y la gripe.
Evite las aglomeraciones, lávese las manos con frecuencia, principalmente después de ir a lugares concurridos, como estaciones de metro, autobuses, centros comerciales y otros.
En estos entornos, evite llevarse la mano a la nariz, la boca o los ojos. Llevar un alcohol en gel en el bolso también puede ser útil cuando no hay baños cerca.
No comparta tazas ni platos con nadie y cúbrase la nariz y la boca con la parte delantera del codo al toser o estornudar.