La migraña es un trastorno neurovascular crónico e incapacitante que se caracteriza principalmente por un dolor intenso en la región de la cabeza. La enfermedad compromete a personas de cualquier edad, aunque se manifiesta más en adolescentes y adultos jóvenes, y más en mujeres que en hombres. Entienda cuáles son los principales tipos de migraña, según la Fundación Americana de la Migraña.
Tipos de migraña
Migraña con aura
La migraña con aura genera una serie de cambios sensoriales y visuales, como puntos negros en la visión, sensaciones zigzagueantes, hormigueo en un lado del cuerpo o incapacidad para hablar con claridad. Generalmente, estos signos preceden al dolor de cabeza, cuyas crisis pueden durar de 10 a 30 minutos.
Migraña sin aura
También llamada migraña común, es muy difícil de diagnosticar ya que engloba síntomas muy similares a otros tipos de migraña, como:
- Dolor de cabeza pulsátil o palpitante
- Fotofobia
- Fonofobia
- Náuseas
- Vómitos
La característica que distingue a esta migraña de otros tipos de migraña es la ausencia de aura antes de la aparición del dolor.
Migraña sin dolor de cabeza
También se conoce como migraña silenciosa, ya que el dolor de cabeza no se manifiesta. A pesar de ello, existen otros tipos de síntomas como el aura, las alteraciones visuales, las náuseas y otros.
Migraña hemipléjica
Este tipo de migraña se asemeja a un ictus porque provoca sensaciones como debilidad, pérdida de sensibilidad y la sensación de recibir pinchazos en el cuerpo. No siempre hay dolor de cabeza en este caso, pero si lo hay, puede durar desde unas horas hasta varios días.
Migraña retiniana
Este tipo de migraña provoca una pérdida temporal de la visión en un ojo, que puede durar desde un minuto hasta varios meses. Es más frecuente en las mujeres y durante el periodo fértil. Los que parecen tenerla deben acudir a un especialista inmediatamente, ya que pueden desarrollar complicaciones más graves.
Migraña crónica
Las personas que padecen esta migraña suelen tener un fuerte dolor de cabeza durante al menos 15 días al mes. Muchos enfermos tienden a utilizar medicamentos analgésicos durante 10 o 15 días al mes, lo que puede aumentar la intensidad del dolor y hacerlo más frecuente.