En la fase post-ovulatoria o premenstrual, en comparación con la fase preovulatoria o folicular del ciclo, muchas mujeres se quejan de diversas alteraciones en su vida diaria, relacionadas con:
- El estado de ánimo.
- Antojos de comida (a menudo asociados con un mayor deseo de dulces).
- Aparición de trastornos gastrointestinales (especialmente en aquellos que sufren de intestino irritable).
Estas son manifestaciones subjetivas, que varían de persona a persona y generalmente se consideran fisiológicas. Las fluctuaciones hormonales asociadas con el ciclo menstrual afectan el control del apetito y la conducta alimentaria. Varios estudios científicos informan del aumento del deseo de carbohidratos durante la fase premenstrual, que se puede observar especialmente en mujeres que padecen PMS. Una posible explicación de los antojos de alimentos y la conducta alimentaria es:
- La alteración de la sensibilidad a la insulina durante el ciclo menstrual,
- Cambios en ciertas hormonas como el estrógeno, la progesterona y los niveles del neurotransmisor serotonina.
Una nutrición adecuada, que le permite mantener su peso dentro de los valores normales, es esencial en muchos aspectos:
- Puede ayudar a reducir y controlar las fluctuaciones hormonales y, por tanto, la conducta alimentaria.
- Promueve la regularidad en el ciclo menstrual.
- Ayuda a contrarrestar los síntomas del ciclo.
- Reduce los cambios de humor típicos de esas fases.
Hasta la fecha, no existe evidencia científica que pueda demostrar que algunos alimentos puedan contrarrestar las fluctuaciones del estado de ánimo relacionadas con el ciclo. Por tanto, no es posible desarrollar un tipo de dieta que elimine por completo estos fenómenos. Lo que se puede hacer es seguir una dieta variada y equilibrada, además de un estilo de vida saludable y la práctica de actividad física regular. Estos son los factores que mejoran estos síntomas.
