El derrame pleural, conocido popularmente como «agua en el pulmón», es una afección caracterizada por un exceso de líquido en las membranas que cubren el órgano y la caja torácica.
Varias enfermedades pueden causar agua en la pleura y la afectación no siempre genera síntomas, por lo que requiere atención médica para la investigación de sus causas, así como la indicación del tratamiento más adecuado.
¿Qué es el derrame pleural?
Es la acumulación de líquido entre los dos lados de la pleura, que es la membrana que envuelve el pulmón.
La pleura tiene normalmente una pequeña cantidad de líquido, responsable de facilitar la expansión del pulmón, pero el exceso dificulta la respiración y provoca problemas de salud.
¿Cuáles son sus tipos y causas?
Varias condiciones pueden conducir al problema, divididas por el tipo de derrame pleural que se presenta:
Transudado
Tipo de cuadro de agua en la pleura caracterizado por una baja cantidad de proteínas. Rara vez hay que drenar, a menos que se trate de mucho líquido. Se produce en casos de:
- Insuficiencia cardíaca
- Infección pulmonar grave
- Embolia pulmonar
- Alteración de la albúmina en el cuerpo
- Diálisis
- Cáncer
Exudado
El exudado es el tipo de agua del pulmón que se caracteriza por una alta concentración de proteínas y fragmentos celulares. Es posible que haya que escurrirlo, según el tamaño y la cantidad. Se produce en casos de:
- Neoplasias (cuando el tumor se produce por el crecimiento del número de células)
- Enfermedades infecciosas, como bacterias, hongos, virus y tuberculosis
- Post-cirugía cardíaca
- Neumonía
- Pancreatitis
- Trasplante de hígado
- Algunas enfermedades inmunológicas, como la artritis reumatoide y el lupus
- Algunos medicamentos, como la amiodarona y el metotrexato
- Traumatismo torácico
- Exposición a algún tipo de droga
- Infarto
Signos y síntomas
Los pacientes en las primeras etapas de agua en el pulmón son asintomáticos o sólo manifiestan una tos inespecífica. Sin embargo, cuando el derrame pleural ocupa un espacio muy grande, hay dificultad para respirar. En este caso, los principales síntomas son
- Dolor de espalda
- Tos
- Fiebre
- Dificultad para respirar, que está proporcionalmente relacionada con la cantidad de líquido
Diagnóstico
El diagnóstico se obtiene principalmente mediante un examen clínico junto con una radiografía simple. También se pueden hacer exámenes complementarios, como:
- Análisis del líquido pleural para identificar el tipo de problema
- Resonancia magnética
- Ultrasonido
- Tomografía computarizada
- Biopsia pleural
El diagnóstico de la enfermedad puede ser obtenido por un médico general o un neumólogo.
¿Es grave el agua en el pulmón?
La gravedad del problema dependerá de su tipo, así como de la forma en que se vea afectada la respiración.
Aunque el derrame pleural puede controlarse, el riesgo de muerte está relacionado con la enfermedad subyacente, y es necesario tratarlo para evitar recidivas y complicaciones.
¿Cómo tratar el derrame pleural?
Drenaje
Los derrames pleurales -especialmente los grandes, los que están infectados o inflamados- suelen requerir un drenaje, que puede realizarse de dos maneras:
Toracentesis: se introduce una aguja en la pleura para eliminar el exceso de líquido y aliviar los síntomas;
Toracostomía: se introduce un tubo para el drenaje a través de un pequeño corte en el lateral del pecho. El tubo se deja colocado durante varios días, sellando las capas pleurales.
En los casos de derrame pleural recurrente o maligno, el drenaje puede asociarse a la pleurodesis química, un procedimiento en el que se inyectan polvos de talco u otra sustancia química para sellar las capas pleurales y evitar así una nueva acumulación de líquido.
Cirugía
En los casos graves, puede ser necesaria la cirugía. Se realiza a tórax abierto o por vía laparoscópica -que consiste en pequeñas incisiones que reciben una cámara y objetos- y tiene como objetivo eliminar parte de la pleura.
